Paco Barco y Alberto Octavio apuestan para darse a conocer por un disco que cuenta con diez canciones propias en las que los textos adquieren una especial importancia y muestran un amplio abanico de colores, paisajes y estados de conciencia y ánimo.
El álbum ha sido grabado por José María Rosillo, Gonzalo Lasheras, Raúl Galván y Alberto Octavio y en su grabación han intervenido músicos de la talla de Jose “Niño” Bruno, César Pop o Nacho Muñoz.
La crisis, entendida como punto de inflexión hacia un cambio, favorece la necesidad de buscar explicaciones y válvulas de escape que a veces pueden llegar a sintetizarse en proyectos artísticos como Caniche Macho, cuyo disco debut “Palabras para flores y serpientes” es concebido gracias al desempleo que une a Paco Barco y a Alberto Octavio en Alcázar de San Juan en el invierno del 14.
Caniche Macho surge así, de esta manera, con la obligación de ahondar en las crisis personales y como resultado de una labor de investigación en rítmicas de raíz para conformar una unidad de estilo que caracteriza el sonido de la banda en este “Palabras para flores y serpientes”, un primer disco que cuenta con diez canciones propias en las que los textos adquieren una especial importancia y muestran un amplio abanico de colores, paisajes y estados de conciencia y ánimo.
A “Palabras para flores y serpientes” se accede a través de “Pimienta”, la instrumental que sienta las bases de sonido en un disco que pasa por momentos oscuros en los que redirigir la mirada no es una opción en canciones como “Árboles y ruinas”, “Círculos rojos” y “Bengalas”, pero también explora la nostalgia cálida y afirma ciertos principios vitales en “Las mesas de la Mundial”, “Reservas indias” o en “Lo que queda en la cuneta”. En “Olvido”, “Cuervo y Paloma” o “El solucionador de problemas” – en tono de radionovela – se ofrecen tres historias que enfocan la muerte desde tres prismas totalmente distintos.
El disco – producido por Alberto Octavio y Raúl Galván – ha sido grabado en Estudios Audiomatic (Madrid), Roncesvalles (Galapagar), Tiramillas (Alcázar de San Juan) y Alicante 31 (Madrid) por José María Rosillo, Gonzalo Lasheras, Raúl Galván y Alberto Octavio. En su grabación han intervenido músicos de la talla de Jose “Niño” Bruno, César Pop o Nacho Muñoz.
Caniche Macho y “Palabras para flores y serpientes” vieron la luz en marzo del 2017 y desde entonces, las canciones y la banda han ido creciendo hacia una identidad propia de la que dejan constancia en sus directos y que se refleja en las nuevas composiciones que quedarán registradas en un segundo trabajo que verá la luz en 2019.